¿Por qué nos asustaría la decisión como si fuéramos a cometer un crimen? Metele un puñado de pólvora, añade clavos. Busca el momento preciso, su instante romántico, lindas frases, una mirada directo a los ojos, y cuando todo marche bien, entierrale tu corazón en su pecho y huye, para que no te alcancen las esquirlas.