jueves, 20 de enero de 2011

Dialectica

El pasado, al igual que la locura, no tiene antes ni después.
Simplemente te observa, reconociéndose.
No tiene limites ni estructuras; es lo trágico.
La nostalgia por la destrucción, por desdibujar el limite.
Ausencia, el momento cero, la posibilidad absoluta.
Nada es fortuito, todo respondía a un objetivo, hasta que lo conseguiste.