domingo, 16 de mayo de 2010

El último Telex del pulento

Yo no tenía pensado volver.
Estaba muy bien lejos de ustedes, es más, ojala nunca los hubiera pescado.
Así como muchas cosas, yo tenía un plan; quería vivir libre, sin preocupaciones ni asperezas, un día ser el mejor y después el peor, que me quisieran por lo que era y no por lo que podría llegar a ser, y vivir conforme a ser el centro de mi propio mundo.
Pero todo eso se fue a la mierda.
Volví sin querer llegar.
A mi me gustaba el futbol, hasta que una vez me hicieron una zancadilla y me agarre a combos, ahí descubrí que quería ser Luchador Profesional, pero no pude y solo me quedo la envidia. La vida es irónica incluso para alguien como yo.
No me quedo más remedio que ver a Platón... si lo hubieran visto como luchaba, era un maestro, cada una de sus luchas era una clase de técnica y determinación. Pero la envidia seguía ahí, conmigo.
Tal vez por eso, les di las más grandes hazañas de la historia. Siempre que podía probar a alguien, le dejaba caer la peor de las desgracias porque yo no era el protagonista. A Leonidas le deje la cagá pero supo estar a la altura. Alejandro se volvió loco, ademas de sodomita. Adolfo era un caso aparte, nunca pensó en mi, ni siquiera en su peor momento, y eso que le tire a Stalin como último recurso. Ahí me di cuenta que alguien que esta dispuesto a sacrificar 25 millones de personas, ademas de un hijo, es alguien digno de mi cargo.

Bueno, la wea es que no quería volver y quiero que lo sepan.
Yo estaba muy bien como estaba tomando chimbombo y agarrandome todas las minas que podía, pero ustedes weones torpes, tenían que ponerse a rezar por su cagá de terremoto (como si nunca hubiera terremotiado en Chile), y me llenaron las iglesias, y rompieron los chanchitos para poner plata, y se compraron rosarios y colgaron cruces con lana roja detrás de las puertas, como si todo eso fuera a ahuyentar sus desgracias.
Weones, yo que tengo todo el poder que se puedan imaginar no he podido deshacerme del cacho que tengo por pega... y uds. creen que así lograran algo.

Miren, que les quede claro, con todo lo que me hueviaron estos meses lo único que lograron es que volviera, y volví agarrandole el poto a los cabros chicos.

Ya lo saben, cada vez que piensen en mi, volveré a pegarles con la peor de sus desgracias.
AMÉN!


Dios y Ma. Magdalena machetiando afuera del Euro para un copete.