Entre medio de una noche de Diciembre, risas nerviosas y miradas que evitaban e invitaban, nos tomamos una botella de Vodka. Hablábamos weás, nos reíamos, bebíamos y yo no podía sacarle la mirada de las tetas.
Tiempo después, y a modo de venganza, me regala una cajita que hacía Tic Tac.
La muerte, tal cual me la imagine.
Tiempo después, y a modo de venganza, me regala una cajita que hacía Tic Tac.
La muerte, tal cual me la imagine.